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¿Nos depilamos porque queremos?

Reflexionamos sobre la depilación...


Primero un poco de historia.


La depilación femenina data del Antiguo Egipto. La mujer del faraón era considerada signo de pureza por no tener vellos corporales. En Grecia y en Roma esto era un ideal de belleza, pureza y juventud.

A pesar de esto, la depilación comienza a ser un mandato a principios del siglo XX. La ropa empezaba a mostrar más piel y con esto el cuestionamiento de la industria hacia los vellos en las mujeres (Harper’s Bazaar comienza a instalar una clara preocupación por el vello en las axilas).

En 1914 la marca Gillete que creaba cuchillas para uso doméstico crea un modelo para mujeres y no desaprovecha la oportunidad de incrementar notablemente su número de consumidoras. Con esto la llegada del maquillaje y el corpiño, factores que influyeron notablemente en la percepción de feminidad y la hipersexualización del cuerpo femenino.

En conjunto las publicidades y la industria pornográfica instalan la depilación como una necesidad en la mujer.









Para 1965 en Estados Unidos el 98% de las mujeres de 15 a 44 años se depilaban las piernas. La norma y el mandato social de la depilación se extendió hasta la actualidad

vinculando la ausencia de vellos con un ideal de belleza.




Entonces: ¿nos depilamos porque queremos?


Nacemos en una sociedad en donde a las mujeres se nos socializa en la feminidad, imponiéndonos la forma en la que vestimos, lo que nos gusta y nuestra propia apariencia. No podemos hablar de la libre elección de depilarnos si lo primero que nos enseñaron cuando fuimos adolescentes es que los pelos se tienen que sacar porque sino no gustamos. Nunca vimos mujeres con pelos, sí existían en invierno eran porque no se veía, pero en verano había que sacarlos porque eran visibles.

En cuanto a la depilación genital, se ha refutado el 'no es higiénico', se han realizado investigaciones y demostrado que esa practica es otro mandato de los varones sobre nuestros cuerpos alimentada por el porno y la cultura de la pedofilia.

En el estudio 'Impacto de la depilación genital en el microambiente de la piel femenina' se han descripto fenómenos como la disrupción de la barrera y riesgo de infección. Sin ir mas lejos, revisando la literatura se ha manifestado que la depilación genital femenina 'está sujeta a consecuencias adversas para la salud; que van desde complicaciones menos graves como foliculitis mecánica o infecciosa y dermatitis de contacto, hasta quemaduras genitales por depilación con cera, irritación de la piel, irritación e infección vulvar y vaginal, y propagación de infecciones de transmisión sexual'. (1)


La acción de no depilarse no solamente es una elección personal, sino que lo podemos entender como un acto político que rompe con los estereotipos que nos imponen y oprimen.

Tenemos que problematizar y reflexionar sobre todas nuestras prácticas, para no sentir los mandatos de cómo vivir, qué hacer o que desear como propios para ser libres en nuestro elegir.



La imágen que seleccionamos para este posteo es ''Desnudo femenino yacente con las piernas abiertas'' pintada por el artista Egon Schiele en 1914. Uno de las obras mas antiguas que datan una mujer desnuda con vellos (el arte censuraba nuestros vellos, se puede ver en el primer desnudo del arte moderno realizado por Francisco de Goya 'la maja desnuda').


Bibliografía





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