Lo siguiente que vamos a compartir fue escrito por una compañera del colectivo. Es un relato real. No estamos solas.
Ojalá hubiese sido mentira, pero no...
Estaba oscuro, pensé que iba a escapar… pero no.
No sé si tenía un cuchillo de verdad, qué más da.
Admiro a esa gente que pelea ante la adversidad.
Yo no pude.
Me paralizó el miedo, o los golpes, o no sé.
Creo que mi alma se murió un poco en ese momento.
Me violaron…
Y arriba estaba el cielo, con las estrellas, y al lado mío solo silencio.
Me levanté como pude, llorando.
Me dejo ir.
Fui de las que “tuvo suerte”, porque muchas no pudieron irse.
Y quedaron formando parte de la madre tierra que brama junto a nosotras ante cada injusticia.
Pude irme, y cómo pude rearme mi vida…
Sí, fue un hombre el que quiso arruinarla, pero no lo logró.
Junto con ese “hombre”, estaba nuestro sistema patriarcal, que educa varones con el concepto de que la mujer es un instrumento para satisfacer el deseo de poder de los hombres, que a través de ella puede conseguir placer, tener descendencia o mantener un hogar, entre otras cosas… La violación es “la punta del iceberg”, la forma más explicita y visible de un problema que nace en múltiples situaciones no visibles, o muchas veces invisibilizadas y disfrazadas por el sistema del que formamos parte.
TODOS y TODAS (lamentablemente).
¿A qué me refiero? Lamentablemente fue una policía mujer la que me pregunto dudando como habían hecho para quitarme el jean, "con lo que cuesta”. Fue una policía mujer la que no podía entender cómo yo no podía recordar la cara del violador dudando de los hechos, como si fuera fácil hacerlo en la oscuridad, cuando te tiraron de una bicicleta, te pegaron y arrastraron, además de amenazar de muerte con un cuchillo… Fue una mujer la que me dijo que con mentiras iba a estar en problemas. Fueron amigas mujeres las que me dejaron sola, y nunca lo pude entender.
Pero también fueron muchas las mujeres que se me acercaron. Que con su sororidad me ayudaron a ser quien soy, y a salir adelante. Y eso es fundamental.
Por eso, compañera, si viviste algo similar, quiero que sepas que podes salir adelante. Y qué vas a ser feliz. Porque la felicidad es una construcción, no un estado. Y se puede ser feliz, aunque a veces llores y a veces te sientas rota. Y sola, porque en realidad no lo estas. A pesar de lo que pueda parecer, ESTAMOS TODAS JUNTAS.
Quiero que sepas que estamos acá. Estamos para lo que necesites...
Y no lo olvides nunca, VOS PODES. Vas a lograrlo, la vida no acaba, renace de otra forma.
No dejes nunca que nadie te haga sentir lo contrario.
Sufriste de los peores dolores que puede sufrir una mujer, porque es un dolor físico, psicológico, moral, todo al mismo tiempo. Pero la vida no acaba.
La vida continúa, y hay que rearmarse. Somos como torres de castillos, podemos resistir incendios, bombardeos, podemos.
Estamos para lo que necesites.
Se puede ser feliz, aunque parezca que estás rota.
Si necesitas ayuda:
Podes escribirnos en nuestro blog o en nuestras redes sociales. Te vamos a escuchar, y te podemos asesorar.
Intendencia de Montevideo:
En Línea: Ingresando al link o botón: ¨Iniciar trámite en línea¨ https://www.gub.uy/tramites/servicio-atencion-mujeres-situacion-violencia-basada-genero
Presencial:
Agendarse en línea (solo Montevideo) ingresando al link o botón "Iniciar trámite en línea"
Para consultar la disponibilidad horaria de Enero a Marzo del servicio de Montevideo comunicarse telefónicamente al 2400 0302 interno 5504-5505.
Existen servicios en todos los departamentos del país. Por información acerca de cada servicio, lugares y direcciones como así también para solicitar orientación y atención vía telefónica. ingresar al siguiente enlace: http://guiaderecursos.mides.gub.uy/mides/guiarecurso/templates/recurso_puertas.jsp?contentid=27548&channel=innova.front&site=1
Telefónicamente: Se puede comunicar con la Intendencia de Montevideo la cual cuenta con un servicio telefónico nacional de orientación y consulta: Teléfono: 0800 4141 - Celular: *4141 - Lunes a Viernes de 8 a 24 horas Sábados y Domingos de 8 a 20 horas.